Se trata de un conjunto de dos edificios de principios de siglo XX (1900-1913), formado por un lujoso palacete de estilo modernista y otro residencial adosado al primero de estilo clásico más sencillo, situados dando a tres calles del centro histórico de sanlúcar de Barrameda.

El conjunto fue rehabilitado y reformado íntegramente en los años 90 para su funcionamiento como hotel, actividad que ha mantenido hasta recientemente.

 

El palacete, de dos plantas de altura, tiene su entrada principal a través de un patio delantero, y se organiza interiormente en estancias de alrededor de un patio central, cubierto en planta primera por un suelo de vidrio de gran riqueza decorativa, y en primera planta con una montera de cristal. En la planta baja, las estancias son utilizadas como salones del hotel de uso general para clientes, mientras que la siguiente planta sería de acceso limitado, ya que la ocupan dos lujosas suites privadas, organizadas también alrededor del patio interior cubierto.

 

En el otro edificio, también de dos plantas, se sitúan la recepción del hotel, la cafetería, un restaurante también con acceso público desde la calle, y las 22 habitaciones de que dispone el hotel, además de las 2 suites.

 

En la parte trasera existe otro patio, de unos 130 m²., con acceso desde la calle, que usa como terraza del restaurante del hotel, y también como salón de celebraciones, para lo que se encuentra totalmente equipado, cubierto y entoldado.

 

Destaca en el conjunto el palacete por la singularidad y riqueza del diseño su de su arquitectura y sus materiales y acabados, verdadero capricho de sus propietarios originales. Destacan, tal como se recoge en la ficha del catálogo de protección, las rejerías y carpinterías metálicas, el porche y el balcón sobre éste, las ventanas voladas en las esquinas y el espacio central interior y añadiríamos la escalera principal, realmente palaciega.

 

Como elementos a conservar del mismo recogidos en la ficha del catálogo figuran: las fachadas, cubiertas y crujías, espacios libres, cerramientos y arbolado interior. Del resto de la edificación, y según su ficha del catálogo habría que conservar: la fachada, cubiertas y posición de forjados de crujía de fachada.

 

El conjunto de los edificios se encuentra mantenido en perfecto estado, siendo necesarios únicamente pequeños trabajos de reparación puntual y pintura.